
[1]
En la palma de su mano izquierda sostenía una pastilla, pequeña, de color blanco, redonda, una simple pastilla y con su otra mano asía un vaso lleno de agua. De pie junto a la encimera de la cocina miraba fijamente y sin pestañear aquella pastilla menuda, que bajo la potente luz del techo parecía aún más blanca. Sobre la mesa un envase de plástico recién empezado y a su lado la receta donde su médico le había prescrito cómo debía hacer la ingesta de aquellas pastillas:
1 ud c/12...
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