
El dolor de la cadera volvió a despertarlo una vez más. Apenas llevaba cuatro horas durmiendo y las molestias volvían a repetirse una noche más y ya eras muchas, demasiadas. Por más vueltas que le daba a su cabeza, no encontraba la explicación que diese una respuesta concluyente del origen de aquella situación que se repetía, noche tras noche, desde hacía casi tres meses.
Pasaban cuarenta minutos de las cuatro de la mañana y el silencio de la noche era el único ruido que se escuchaba, ...
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