
Entre uno y cinco son los números cardinales que podemos contar con los dedos de una mano. Algo muy básico que, por regla general, suele convertirse en el primer gran logro de un infante en sus primeros meses de vida, reflejando así su capacidad de aprendizaje y el paso firme en el desarrollo intelectual. Empezamos a crecer y casi de manera automática comenzamos a contar, o al menos, así lo parece. Uno, dos, tres, cuatro, cinco…
A partir de entonces, nos empeñamos en contar todo lo imagi...
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